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5 razones para educar en familia: la alianza entre colegio y padres

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Por: Carolina Quiñonez de Cruz | Esposa, mamá, periodista, católica, apasionada por la vida y la familia|

Cuando una familia elige un colegio para sus hijos pequeños, no busca solo un lugar donde aprendan letras y números. Busca un espacio seguro, coherente con sus valores, donde su hijo crezca amado, respetado y acompañado. Sobre todo, busca una comunidad.

En el colegio de nuestros hijos, inspirado en las enseñanzas de San Josemaría Escrivá, hemos encontrado precisamente eso: un lugar que entiende que educar no es tarea de uno solo, sino de muchos, y que los primeros y más importantes educadores somos los padres.

1. Padres protagonistas en la educación

La presencia activa de los padres en la vida escolar no es una formalidad ni un simple acompañamiento: es una responsabilidad gozosa.
Aquí, el colegio nos recuerda que no estamos solos. La familia y la escuela no son dos caminos separados, sino un mismo proyecto educativo que busca formar personas íntegras, alegres, responsables y capaces de amar.

Ser parte de esta comunidad es una invitación constante a involucrarnos, a formarnos y a crecer como padres y como personas. En un mundo donde el tiempo parece escaso y las tareas nunca se acaban, este espacio educativo nos regala algo invaluable: la oportunidad de detenernos y reflexionar sobre qué clase de hombre o mujer queremos ayudar a formar.

2. Educar con virtudes desde casa

La educación que aquí se promueve va más allá de los conocimientos académicos. Se enfoca en formar virtudes como el orden, la obediencia, la generosidad y la paciencia. Y este trabajo comienza en casa.

Por eso, cuando el colegio organiza una charla para padres, un taller sobre límites, una conferencia sobre desarrollo emocional o una jornada espiritual, lo hace con un propósito claro: fortalecer a las familias.
Como dijo San Josemaría:

“La educación de los hijos es tarea importante y difícil, que requiere preparación y entrega generosa. No basta dar normas: hay que dar razones y, sobre todo, dar ejemplo.”

Si quieres conocer más sobre cómo fomentar esta colaboración, la Academia Americana de Pediatría explica en su artículo sobre la importancia de la colaboración familia-escuela que la comunicación constante entre padres y colegio potencia el desarrollo integral de los niños.

3. Formación integral para toda la comunidad

Uno de los mayores tesoros de este colegio es la formación integral que ofrece no solo a los estudiantes, sino también a los padres.
Aquí, aprender no es exclusivo de los niños: las familias también crecen.

Asistir a una charla sobre la importancia de la primera infancia, participar en un círculo de estudio, compartir un café con otros padres para conversar sobre cómo manejar un berrinche con ternura y firmeza… todo eso forma parte del crecimiento familiar. Y a largo plazo, este aprendizaje conjunto es lo que más impacta en nuestros hijos.

En APDE Las Colinas, este acompañamiento es parte esencial de su filosofía: formar no solo a los alumnos, sino a toda la comunidad educativa, ofreciendo herramientas para crecer en lo académico, lo humano y lo espiritual.

4. Una tarea compartida entre hogar y escuela

A veces los padres pensamos que “el colegio se encarga de eso” o que “los profesores son los expertos”. Sin embargo, nada reemplaza la influencia de mamá y papá. Somos el primer espejo, el primer abrazo y la primera voz que guía.

Cuando el colegio nos invita a participar activamente en la vida escolar, nos está diciendo:
"Tu hijo necesita verte aquí, aprender contigo y saber que estás presente en su educación. No solo porque es tu deber, sino porque lo amas."

La clave no es hacer mucho, sino hacer lo esencial: estar, escuchar, aprender y crecer junto a nuestros hijos.

5. Una comunidad que acompaña y fortalece

Gracias a este enfoque, no solo crecen nuestros hijos: también crecemos nosotros. En cada actividad, charla o reunión de padres, se refuerza un lazo invisible pero muy real: una comunidad de familias que caminan juntas, se apoyan y comparten el mismo anhelo de educar con amor y fe.

Este trabajo conjunto construye familias fuertes, alegres y unidas en Dios. Y esa unión es un regalo que trasciende el tiempo, porque los valores que se siembran hoy darán fruto durante toda la vida.

Educar en familia: una misión y un regalo

Ser padres es un don y una misión. Tener un colegio que cree en nosotros, que confía en nuestra capacidad de formar y que nos ofrece herramientas para hacerlo mejor, es una bendición que debemos valorar.

Que esta alianza entre colegio y familia siga dando frutos. Que sigamos educando con alegría, esperanza y fe, sabiendo que cada pequeño gesto hacia nuestros hijos deja huella en su corazón… y en el nuestro.

"El Evangelio de la familia es verdaderamente alegría para el mundo, ya que allí, en nuestras familias, Jesús siempre puede ser encontrado; él vive allí, en simplicidad y pobreza, como lo hizo en la casa de la Sagrada Familia de Nazaret".
—Papa Francisco